Me lo dijeron sí, una y mil veces,
más que quieren que haga si no puedo,
detener este amor que crece y crece,
dentro de mis entrañas como el fuego.

He tratado Dios sabe y en los días
que me alejo de él, muere mi alma.
Se apodera de mí esta melancolía
que mi existencia sin piedad desangra.

Pero hoy decidí poner distancia,
yo tengo que ser fuerte y olvidarlo
y arrancar de mi cuerpo su fragancia.

Porque si es un pecado el adorarlo
será peor aún esta desgracia,
que habrá de destruirme por amarlo.