Siembra bueno en esta vida
porque justo en su fina,.
sabras que lo que cultivas
es lo que recogerás.


En la mesa de tu amor,
siempre me quedé con hambre.
Por una u otra razón
que prefiero reservarme.


Yo nunca acepté traiciones
y siempre las devolví,
con las mismas intenciones
que me lo hicieron a mi.


No hay amor duro, ni malo,
el amor siempre es amor
aunque a veces el humano,
al desamor llame amor.


Todos los locos, son genios,
de una u otra dimensión.
Y los cuerdos, un compendio,
de esos locos, en cuestión.

 

Y es que a veces justo el tiro,
nos sale por la culata
y culpamos al destino
cuando metemos la pata


Ni con zumo de limón
ni con un fuerte vinagre,
borra de mi corazón,
la traición que me hizo alguien.


La cobardía absoluta
del hombre hacia su mujer,
nos convierte en prostitutas,
y a ellos cornudo a su vez.


Tres cosas que en esta vida
yo jamás aceptaré,
la traición, pasión fingida,
y el hombre de poca fe.


Soy azúcar y soy sal,
soy vinagre y soy aceite,
según me suelas tratar,
escoge tú el ingrediente.