Anda siempre por la vida
sembrando amor y paz
y veras que esas semillas,
germinan felicidad.

Todos los días con dicha
eleva rezos a Dios,
y veras que tus desdichas,
las vences entre los dos.

No me enloquezco por hambre
si a mano tengo comida
Tampoco me niega nadie
hacer lo que yo decida.

Yo con ojos de justicia
quise arreglar mil problemas,
pero ante tanta injusticia
casi me olvido del tema.

No navegues por la vida
en el mar del sufrimiento,
mejor marcha a la deriva
en busca de nuevos puertos.

Nunca caminé en pobreza
si es que alguna vez fuí pobre.
Pues para mí la riqueza
la tiene en el alma el hombre.

Me pide Dios cada día
que elimine mis defectos,
y hasta me da la energía
para hacerlo por supuesto.

Quiero y adoro a mis hijos
y los conduzco hacia el bién,
Si me salen retorcidos,
se que mi culpa no es.