Cuando me vayas hablar
trata de hacerlo bajito
pues si me sueles gritar,
más fuerte que tú yo grito.


No discutas con mujer,
por el amor de tu madre
mejor siempre házle ver,
que como ella, no hay nadie!!


Siempre llamé a la razón
cuando me vi confundida,
hallando la solución
en mi ignorancia perdida.


Siempre la carta de triunfo
la guardo bien en mi manga,
cuando siento que me hundo,
ella me sirve de lancha.


Las cosas cuando las quiero,
siempre las suelo pedir
Si no me la dan las quiero,
y eso es igual que exigir.

 

Me gustan los hombres sabios
o por lo menos sabido.
no llenitos de resabios
ni complejos escondidos.


Quien me desprecie una vez
nunca habrá de hacerlo dos.
¿Acaso conoce usted,
alguién más digno que yo?


Es eso lo que me das
y es eso lo que te ofrezco,
¿por qué me tomas a mal
que yo imite tus defectos ?


Nunca le daré a la gente
todo lo que ellos me pidan.
Les doy cariñosamente
lo que mi intuición decida.


Lee los versos de Aurora
y te habras de convencer,
Que aparte de ser mujer,
es una inquieta paloma.