CARTA TARDIA
En cartas me preguntas, si aún soy consentida,
si el correr de los años, al fin me hizo mujer.
Si aún conservo el don de ser la preferida,
y si encierran mis versos un nuevo amanecer.
Si canto en las mañanas, y si rezo en las tardes,
aquel viejo rosario que yo solía rezar.
Si aún desdeño tanto los amores cobardes,
y si aún me estremezco, viendo a un niño llorar.
También tú me preguntas, algo que me dio risa,
si temo a los aviones, con tanto horror profundo.
Que siempre te preocupa en cada nueva visa,
saber, que temblorosa voy recorriendo el mundo.
Muchas preguntas haces, ya veo que recuerdas,
a pesar de los años, y la inmensa distancia.
Nuestras ingenuas charlas, que hoy no concuerdan,
ya mujer, y casada, con sueños de la infancia
Soy la misma, no cambio por mí no pasa el tiempo.
La misma que se enfada viendo a otros reír.
La misma que llorando te decía ¡lo siento!
cuando yo te mentía, sin tener que mentir.
Pero escúchame bien por favor, no me escribas,
porque hay algo que a ti, tal vez se te olvidó.
Hoy soy una señora casada, y mientras viva,
tan solo a mi marido, contesto cartas yo.