Y en esta tarde gris de lluvia y fuerte viento,
contemplo vagamente, el constante vaivén,
De esos sombríos arboles que me gritan ¡lo siento!
que este gris panorama, lo lleves al papel.

Yo sonrío y recuerdo a una niña lejana,
que al igual que esos arboles en constante vaivén,
en una tarde así, detrás de una ventana,
llevó por vez primera, sus versos al papel.

Cuando aquello la tarde, le lucía preciosa.
Ni el viento ni la lluvia, le hacían comprender,
que aquella horrible tarde mataría sus rosas,
tan solo ella quería, llevar verso al papel.

Y en esta tarde gris de lluvia y fuerte viento,
recuerda aquella niña, con tristeza el ayer.
Hoy todo lo ve claro, el panorama es cierto,
¡y así lleva de nuevo sus versos al papel!