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Poesias De Amor (3)

     EN LA IGLESIA

¡Que sacrilegio tan grande!
de conocerte en la iglesia.
Ese mirarte constante,
ese volver la cabeza.

Ese inmenso desatino
olvidarme de momento,
de su pan y de su vino,
en la casa del Maestro.

Ese pecado inmortal,
de no atender mi rosario,
Pues tu constante mirar,
me hizo olvidar su calvario.

Ese anhelo de buscarnos,
entre aquellos feligreses,
el sacrilegio de hallarnos,
olvidando a quien merece.

Toda la fe y el respeto,
todo anhelo y devoción.
Por eso mi acción, yo veto,
¡y me arrepiento ante Dios!

                  
Copyright © 1995 Aurora Garcia, All Rights Reserved