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Poesias De Amor (4)

                    ERA EL

          

Discúlpeme señor si a estas alturas

no pueda recordarme de su nombre.

Quien sabe si usted sea ese hombre

que me obliga a vivir en la locura.

 

Discúlpeme por Dios, pues mi cordura

se perdió  para siempre con su adiós.

Y hoy usted me ofrece con su amor

poner fin a mis males con su ayuda.

 

Discúlpeme de nuevo, y aunque es grato

su porte, su sonrisa, su buen trato,

prefiero vivir en esta amnesia,

 

que me tiene al margen de dolores

de penas de conflictos sinsabores,

que de nuevo revivo en su presencia.

 

 

                   

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