A MI NIETO GABRIEL
Es mi nieto un ángel tan divino. Me atrevo a decir que nunca viera piel suave que al tacto pareciera terciopelo de todos el más fino.
Sus bellísimos ojos tienen brillo de luceros bellos y parpadeantes, que me lucen del todo fascinante cuando de cerca con amor los miro.
Cuando su cuerpecito lo sostengo entre mis brazos yo no entiendo como un ángel yo he podido tener
tan cerca de mis manos y mi alma con esa ternura que
me embarga
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