EXCESO DE AMOR
Me fuiste enredando paulatinamente con esa dulzura, dulce de tu piel. Me fui acostumbrando a esa rica miel que yo saboreaba deliciosamente.
No me interesaba si alguien de repente nos viera extasiados dándonos un beso, pues uno del otro estábamos preso en la dulce cárcel de pasión ardiente.
Me fuiste enredando y de tal manera que de todas formas aunque yo quisiera mi cuerpo se niega a dejarte en paz.
Porque tú no vives sin mis locos besos y los dos unidos ante esos excesos no le damos tregua a este amor jamás.
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